La fotografía, desde sus inicios ha fascinado tanto a científicos como a artistas, claro que nos atrevemos a asegurar que too científico es un artista, y todo médico es un científico, de ahí que la fotografía es una herramienta fascinante para estos, dado que permite plasmar con precisión todo tipo de circunstancias, procedimientos quirúrgicos, patologías poco frecuentes, la forma adecuada de realizar un examen semiológicos, la realización de una disección, en fin, todo lo que uno encuentre en el camino.
Para aquellos que se dejan seducir por los aspectos más profundos de la cotidianidad médica; la fotografía también campa los aspectos más humanos de esta profesión, la alegría de un pacientes al recibir una buena noticia, la felicidad de una madre que acaba de dar a luz a su hijo, la tranquilidad de un bebé en el seno de su madre, la soledad del anciano, el desconsuelo ante la inminencia de la muerte y muchas otras situaciones que a veces se tornan invisibles a nuestros ojos, pero están ahí esperando a que alguien las descubra y las muestre.
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